PUEBLOS COMUNIDAD VALENCIANA CASTELLON
Datos del Pueblo |
Vilafames |
Pueblo |
Localidad: Vilafames |
Municipio |
Vilafames / Comarca: La Plana Alta |
Provincia |
Castellon |
Comunidad |
Valenciana |
Habitantes 2003 |
1.603 |
|
Ayuntamiento |
Dirección |
Plaza Ayuntamiento, 1 |
Código postal |
12192 |
Teléfono |
964329001 |
Fax |
964329286 |
Oficina Turismo |
Contactar con Teléfono citado |
Web Oficial |
Ayuntamiento de Vilafamés |
Web de Interés |
Vilafamés Patronato Provincial de Turismo Guia turística Castellón. Vilafamés |
E-mail municipio |
vilafames_ajt@gva.es |
Nucleos de Vilafames: La Baseta. |
El término municipal de Vilafamés limita con las siguientes localidades: Costur, Useras, Cabanes, Puebla-Tornesa, Borriol, San Juan de Moró y Vall d'Alba todas ellas de la provincia de Castellón.
Ocupa una posición estratégica sobre lo alto de una mole
que forma parte del extremo septentrional de la Sierra de les Conteses. Esta
ubicación le confiere amplias vistas sobre el llano que se extiende a sus pies y
los paisajes circundantes. A su vez, su posición a medio paso entre las tierras
del interior y el litoral, hace que el municipio disponga de las características
propias de una población de interior con las ventajas que supone su proximidad a
la costa por lo que goza de las características climáticas propias de una
población mediterránea, con inviernos suaves y veranos calurosos.
El paisaje de la zona está constituido por una dicotomía entre la zona llana y
las montañas que rodean el llano. El paisaje propio de la zona llana está
constituido por la parcelación de las tierras, transformadas para la actividad
agrícola, mientras que las zonas montañosas que no se encuentran roturadas,
presentan en determinados puntos formaciones boscosas. En ellas existe un
predominio del pino blanco (pinus halepensis), aunque también se da la variedad
de pino carrasco. En las zonas de umbría hay vegetación de sauces, carrascas,
encinas, acebuches, azufaifos y arbustos de varias especies.
La principal base económica de Villafamés hasta mediados
de la década de los 1970 fue la agricultura basada en la explotación de cultivos
de secano. Los principales productos agrícolas del municipio han sido
tradicionalmente y lo siguen siendo en la actualidad los cultivos de olivo, el
algarrobo, la vid, el almendro y los frutales, junto a las producciones de
regadío en el llano de hortalizas y verduras.
A partir de los años ochenta es el sector industrial el que adquiere su
supremacía con un fuerte desarrollo de la industria azulejera y de las empresas
auxiliares del sector.
Las primeras evidencias de ocupación del entorno de
Villafamés, se centran en los hallazgos arqueológicos realizados en el , donde
se localizaron restos antropológicos Sus orígenes se remontan al Pleistoceno
Medio, según el descubrimiento de los restos del llamado "homo erectus
vilafamensis" en la Cova de Dalt del Tossal de la Font con una antigüedad de
80.000 años. Una continuidad en la ocupación del medio estaría reflejada en la
Cova del Matutano, yacimiento del Paleolítico Superior. Las primeras
manifestaciones artísticas aparecen con las pinturas esquemáticas de la Edad del
Bronce.
Por lo que respecta al núcleo urbano, el mismo topónimo AVilahameç, ABeniffamez,
denota su origen en época musulmana. De este periodo se conservan entre otros
elementos, la cimentación del castillo que corona el cerro sobre el que se
asienta el municipio y el trazado urbano de la zona contigua al mismo, de
estrechas callejuelas tortuosas. Quedan asimismo vestigios de las antiguas
fortificaciones constituidas por lienzos de muralla y restos de torres.
Es con la conquista de la musulmana Beni-Hamez por el rey Jaime I de Aragón
cuando Vilafamés toma identidad histórica propia. Este hecho lleva a que, en 30
de agosto de 1241, Jaime I comisione a Guillem Ramón de Viella para dar a poblar
el castillo a Domingo Ballester, A. Cabrera y otros, carta de población que se
establece a fuero de Zaragoza. Esta donación será confirmada posteriormente por
el propio monarca en Lérida el 21 de febrero de 1242.
Posteriormente se incorpora al patrimonio de los Hospitalarios de San Juan en
1264, tras una permuta real con estos por la villa de Olocau del Rey, que serán
sus dueños hasta 1317, fecha en que la villa y el castillo quedan anexionados a
la recién creada Orden de Montesa. En 1343, Pedro IV el Ceremonioso, empeña a la
orden el mero y mixto imperio, con las correspondientes jurisdicciones, derechos
y emolumentos que pertenecían a la corona.
Juan I, en 1393, concede a Vilafamés el privilegio por el cual el Consell puede
hacer y ordenar todo tipo de establemientos y ordenaciones que considere
convenientes con arreglo a los fueros generales del reino.
En las Cortes celebradas en Valencia durante el año 1403, Martín I el Humano
dispone dar posesión al maestre de Montesa del mero y mixto imperio de la
población, este hecho provocará la protesta airada del Consell en 1404.
Ya en el siglo XVI, en 1519, Carlos I de España promete no separar de la corona
la jurisdicción civil y criminal, y el mero y mixto imperio de la villa. Cuando
en 1635 culminan las desavenencias surgidas entre los Justicias, de una parte y
la orden de otra, el "Consell" cree llegado el momento de solicitar del Papa
Inocencio XII autorización para comprar la jurisdicción alfonsina, adquisición
que lleva a cabo el 16 de abril por el precio de seis mil libras. A partir de
esta fecha, Vilafamés queda incorporada plenamente al patrimonio real,
reservándose Montesa la percepción de ciertas primicias y el derecho de
habitación sobre el castillo.
Será en el siglo XIX, con los enfrentamientos civiles que siguen a la muerte de
Fernando VII, cuando el nombre de Vilafamés sonará de nuevo dentro del ámbito
histórico como plaza inexpugnable. En marzo de 1837 sufre el primer intento de
asalto de las tropas carlistas. El 29 de octubre de 1838 la guarnición de la
plaza rechaza una segunda intentona, que se repetirá de nuevo el 3 de enero del
siguiente año, esta vez con Cabrera al frente de las tropas, que desde las
montañas que dominan la villa comienzan a hostigar a la población, rompiendo
fuego contra la ciudadela. En esta ocasión se hizo frente al asedio por parte de
los vecinos además de contar con la ayuda de una columna móvil enviada por el
Ayuntamiento de Castellón y un destacamento de artillería de marina, muy poco
numeroso. Cinco días duraron los continuos enfrentamientos, rechazando la
población todos los ataques de Cabrera, hasta que el día 7 la llegada de tropas
reales obligó al general carlista a levantar el sitio. Con lo más selecto de sus
tropas y recurriendo al auxilio de las de Forcadell, Cabrera intentará el golpe
definitivo en abril del mismo año, estableciendo un campamento ante la
población. El día 16 se abre una brecha en las murallas, aunque los atacantes
son rechazados y resultan infructuosos todos los esfuerzos de tomar la plaza que
resultó semi derruida.