PUEBLOS COMUNIDAD VALENCIANA CASTELLON
Datos del Pueblo |
Betxi |
Pueblo |
Localidad: Betxi |
Municipio |
Betxi / Comarca: Plana Baixa / Baja |
Provincia |
Castellon |
Comunidad |
Valenciana |
Habitantes 2003 |
5.528 |
|
Ayuntamiento |
Dirección |
Plaza Mayor, 1 |
Código postal |
12549 |
Teléfono |
964620002 |
Fax |
964621103 |
Oficina Turismo |
Contactar con Teléfono citado |
Web Oficial |
Ayuntamiento de Betxí |
Web de Interés |
Betxí Patronato Provincial de Turismo |
E-mail municipio |
alcaldia@ajuntamentdebetxi.com |
El término municipal de Betxí limita con las siguientes
localidades:
Onda, Villarreal, Nules y Artana todas ellas de la provincia de Castellón.
El municipio está situado al pie de la Sierra de Espadán.
El término municipal, con una superficie de 2.131 hectáreas, se ubica en una
zona llana que se extiende desde un poco más de la cota 100, donde se sitúa el
casco urbano, hacia el este, con una suave pendiente descendente y una zona de
montaña que, desde los 100 metros va subiendo hasta los 200 y, finalmente,
remata con una línea de montañas que hacen de divisoria del término con las
localidades limítrofes de Artana y Onda. La superficie del municipio está
drenada, principalmente, por el río Anna o río Seco, que nace en Xinquer
(Alcudia de Veo) y desemboca en Burriana. Otros barrancos que discurren por el
término y que nacen en las cumbres son el barranco de San Antonio y el barranco
de Solaig que marca la división del término entre Betxí y Nules en un tramo de
su recorrido. El clima, con rasgos típicos mediterráneos, se caracteriza por
temperaturas medianas entre los 18 y 30º C en verano y los 5 y 20ºC en invierno,
con precipitaciones medianas anuales de 400 mm.
Se accede a esta villa desde Castellón tomando la autovía CV-10.
El poblamiento humano de algunas de las zonas del término
de Bechí se remonta a la Edad del Bronce. Destacan los poblados de Conena y los
Castellets que, posteriormente, se abandonaron y se trasladaron a otras
ubicaciones a la cumbre del Solaig. Tanto este yacimiento como el de San Antonio
pertenecen a la cultura ibérica desarrollada a partir del siglo IV adC. Los
materiales asociados a estos núcleos son, fundamentalmente, cerámicas; pero hay
dos que destacan. Por un lado, el plomo escrito del Solaig, una lámina de 31
centímetros de longitud por 3'5 cm. de anchura, escrito por ambas caras con
caracteres iberos levantinos, datada aproximadamente en el siglo II adC. Por
otro lado, hay que citar el bronce de San Antonio, el único texto escrito sobre
bronce que existe en la Comunidad Valenciana y que en la actualidad se encuentra
al Museo de Prehistoria de València. Con la romanización, la población abandonó
los asentamientos elevados y se trasladó al llano, donde se ubican vestigios en
el Torreón y la importante obra hidráulica de la Bassa Seca, de la cual
únicamente se conservan algunos restos.
En la época musulmana se produjo la consolidación de la actual ubicación del
núcleo habitado, formado por pequeñas alquerías alrededor de la primitiva
fortaleza. El nombre árabe del lugar, Bayī, es el gentilicio «bejí»,
correspondiente a la ciudad de Beja, quizá porque un personaje relevante de la
localidad procedía de allí.
Los datos históricos se refieren al año 1233, cuando, con la rendición de
Burriana, se inició la conquista de los territorios de la Plana por el rey Jaime
I. En este momento se debió de producir la capitulación de Betxí, junto con los
castillos de Onda, Nules, Uxó, Castro y Almenara. La nueva dominación, con la
llegada de poblamiento cristiano, no fue obstáculo, pero, para la pujanza de la
economía de los pobladores musulmanes, que mantuvieron sus propiedades. En este
periodo se inició la etapa del señorío que, tras pasar por varias familias,
condujo a la constitución, en 1396, de la baronía de Bechí bajo el patrimonio de
los Ruiz de Liori, hasta el año 1510. Sanç Rois de Liori fue el primer barón. En
1492 se casó Elisabet Rois de Liori con Alfons de Cardona, desde entonces la
baronía de Bechí quedó unida a los señores de Guadalest. Durante el siglo XVI,
el señorío de Bechí, representado por Sanç Cardona y Ruiz de Liori, se
caracterizó por un gran desarrollo demográfico y un aumento de los cultivos
agrícolas del algarrobo, la viña, el olivo, la morera, el cáñamo y los productos
de huerta. Aún así, el periodo también vivió las convulsiones derivadas de las
revueltas de los agermanados contra el poder de los nobles (1519-1521) y las
insurrecciones moriscas de la Sierra de Espadán (1525). La expulsión de los
moriscos provocó efectos catastróficos causando un fuerte despoblamiento y una
crisis agraria por el abandono del cultivo de las tierras. En este año la
población era de 160 casas de moriscos y 37 de cristianos viejos. La expulsión
tuvo como consecuencia la despoblación casi total del municipio. Esta situación
se prolongaría al menos hasta el 1611, cuando el señor Antoni Cardona, en nombre
de su hermano Felip Cardona y Borja Ruiz de Liori y Jurel, firmó las
capitulaciones de la Carta Puebla. A finales del siglo XVII los señores de Bechí
pasaron a ser los marqueses de Ariza.
Durante el siglo XVIII, la villa experimentó una etapa de expansión demográfica
que, en la vertiente económica, se tradujo en la introducción de la agricultura
comercial basada en el aprovechamiento del cultivo del algarrobo y la viña. Tras
la Guerra de Sucesión, Betxí vivió una nueva época de expansión demográfica y
económica fruto de una relativa ampliación de las tierras de cultivo,
principalmente de huerta, con el cáñamo, los cereales y las hortalizas, aun
cuando, por muchos años continuaría el dominio de los cultivos de secano,
fundamentalmente del algarrobo, con el aumento los cultivos de viña y olivo. En
esta época se produce la introducción de la industria cerámica. Finalmente,
también podemos mencionar las actividades de transformación minera llevadas a
cabo en San Antonio con la extracción de mármol negro o las de cinabrio en el
Solaig y Montserrat.
El XIX fue también el siglo del conflicto carlista y de la "Gloriosa" revolución
de 1868 que dio lugar a la I República, acontecimientos a los cuales Betxí no
fue ajeno. El final de siglo vio, como el resto de la Plana, la introducción del
cultivo de la naranja y la sustitución progresiva de los cultivos de huerta. La
explotación de las aguas subterráneas y el auge de las sociedades de riego
favorecieron el proceso de ampliación de los cultivos de regadío orientados al
comercio.
En el plano eclesiástico, desde el siglo XIX ha pertenecido a tres diócesis: la
de Teruel, en 1957 a la de Tortosa y desde 1960 a la de Segorbe-Castellón.